07 de Enero de 2024
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Los Crovas, el ritual de las pipas artesanales: una historia en Alto Río Percy

Desde el Alto Río Percy, Javier Crova nos abre las puertas de su taller de pipas artesanales, donde el aroma a madera recién trabajada se mezcla con historias de vida y tradiciones arraigadas en esta pequeña comunidad a 13 km de Esquel.

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Por Lelia Castro

 

Javier, oriundo de Mar del Plata, llegó a esta tierra hace más de veinte años. Desde el ’91 venía a visitar la región, enamorándose de sus paisajes y la posibilidad de radicarse aquí. En el 2001, las circunstancias de la vida le permitieron echar raíces en Alto Río Percy, junto a su esposa Teresita, quien es compañera de trabajo en la escuela local, y sus tres hijos, uno de ellos nacido en esta tierra patagónica.

 

“Mi esposa es compañera de trabajo en la escuela, es administrativa, loca como yo con todas las artesanías, ella con la cerámica, me hace las bolsitas de las pipas, siempre ligado a lo artesanal. El poder vivir en el Percy te permite trabajar con las manos, porque para vivir acá te tiene gustar, es muy lindo, pero también tiene sus cosas en el invierno. Nosotros amamos estar acá, es nuestro lugar en el mundo”.

 

Con una carrera diversa que incluye trabajar como técnico en SENASA, en la Escuela N° 188, y en el INTA, Javier encontró en el Percy su refugio. "Es muy lindo, pero también tiene sus cosas en el invierno. Nosotros amamos estar acá, es nuestro lugar en el mundo", confiesa Javier mientras nos muestra su taller.

 

Durante la pandemia, Javier descubrió el arte de hacer pipas. Originario de una familia de fumadores de tabaco, la afición comenzó con el deseo de imitar una pipa que le prestó su cuñado. Lo que comenzó como un pequeño hobby se convirtió en un oficio artesanal. Participa ahora en la Asociación de Piperos Latinos y ha logrado reconocimiento al ganar el tercer lugar en una competencia de Fumada Lenta. Sus pipas viajan por todo el país y hasta Uruguay.

 

“Durante muchos años fumé cigarrillos de tabaco, tengo a mi cuñado que fumaba pipa. En la pandemia empecé a jugar, trabajaba con el torno, para mí el taller es la psicóloga, que me permite echar un cable a tierra, y empecé a hacer cosas, le pedí prestada una pipa a ver si la podía imitar. Empecé a regalarle a conocidos las pipas que hacía para que las probaran y tuvo muy buena aceptación”.

 

"Todo es artesanal en todo sentido. No trabajamos en serie; cada pipa lleva entre 6 y 8 días hacerla", comenta Javier mientras nos muestra las diferentes herramientas que él mismo ha fabricado, adaptándolas a la realidad argentina. Desde la fragua hasta la lijadora de banda, todo es fruto de la necesidad y la pasión por el trabajo bien hecho, no se encontrarán dos iguales jamás.

 

Su esposa Teresita, también amante de las artesanías y el trabajo en cerámica, contribuye con bolsitas para las pipas. "El poder vivir en el Percy te permite trabajar con las manos", afirma, destacando la conexión entre su vida en la comunidad y su trabajo. La vida en el Alto Río Percy se conjuga entrelazados con la naturaleza y la vida natural, apostando al turismo tanto local como de afuera, el que cada día crece más y más.

 

"Es muy importante poder difundir quiénes somos y dónde estamos", destaca Javier. "Acá en el Percy hay una comunidad que trabaja arduamente para hacerse conocidos y esperemos salir adelante".

 

Javier no solo fabrica pipas, sino que crea todo lo que rodea a este objeto de arte. Desde las boquillas artesanales en madera hasta las mismas herramientas que utiliza, cuidando también los detalles en cuanto a la presentación: cajitas, etiquetas y bolsas, cada complemento es cuidadosamente elaborado. "Yo no solamente hago la pipa, sino que hago todo lo que está alrededor de la pipa para poder llegar a eso", dice Javier.

 

“Siempre con el acompañamiento de mi esposa y mis hijos, si bien yo estoy acá casi el 100% del tiempo, los chicos cuando vienen se ponen a hacer boquillas, lijado, o a hacer la parte de edición, porque esto lleva mucho tiempo y yo no soy muy bueno con la computadora, así que los chicos me ayudan con esto, con cómo comercializar, la presentación y demás; yo tengo un teléfono viejito y para hacer foco estoy dos horas. Hay toda una cosa que no es solamente la construcción del producto, sino lo que lleva de presentarlo para que el otro que lo vea lo pueda apreciar”.

 

Los productos de Los Crovas no solo se distinguen por su calidad artesanal, sino también por la conexión personal que ofrecen. Cada pipa viene con una historia: el tipo de madera, su origen y la dedicación que implica su elaboración. "Todo es una inversión. Queremos mostrar todas las alternativas que tenemos en madera en Argentina", enfatiza.

 

Además de su talento para la creación de pipas, Javier y su familia poseen una quinta donde cultivan diversos frutas finas de la región y producen chutney, licores, vinagres y aceites saborizados. Javier también enseñó durante mucho tiempo estas habilidades, llevando sus conocimientos por toda la provincia, “Si alguna vez vieron en YouTube el jamón de capón, era yo con pelo y más flaco, que vinieron de Cocineros Argentinos acá. Siempre fui por la provincia dando talleres”, reconoce.

 

Con su espíritu docente, explica un poco sobre la historia de las pipas y cómo cualquier material puede servir para fabricarlas, adaptándose al entorno en el que se encuentra, “por ejemplo en América la pipa era un encuentro donde se fumaba diferentes hierbas y era un ritual de paz, es una pipa larga que era un chupe y pase como el mate, hecha en madera; acá los mapuches hacían unas pipas medio triangulares con barro cocido o en arcilla, se le ponía tabaco de indias y hierbas de acá; también en la Mesopotamia, el tabaco turco, hay de distintos lugares. En función de la zona tiene la característica de las pipas: por ejemplo en Irlanda se hacen en cerámica; en Turquía está la espuma de mar, un mineral que es muy particular que son blancos y a medida que se van oscureciendo se ponen naranjas adentro; en la costa del Mediterráneo está la pipa clásica hecha con brezo, que es un arbusto, que es el material ideal por las características ignífugas que tiene, pero pipas pueden ser de cualquier material”, relata.

 

Una particular característica de estas pipas es que como están hechas a mano y como todo trabajo que se hace en forma artesanal, no hay dos iguales, “yo por más que intente, no puedo hacer una pipa igual a esta, puede ser parecida, pero va ser más chica o más grande, o algún detalle va a tener”, comenta Javier. En cada una de ellas hay poco del espíritu del artesano, que utiliza sus habilidades y energía en crear un producto único a partir de una materia prima brindada por la naturaleza.

 

"Con esfuerzo todo se puede. No pierdan la fé, que si uno le pone, en algún momento las vueltas de la vida los va a gratificar", concluye Javier, reflejando la perseverancia y el amor por la comunidad que caracterizan a Los Crovas.

 

Desde su pequeño rincón en el mundo, Javier nos invita a explorar Alto Río Percy, a descubrir las bellezas que esconde esta tierra, más allá de las pipas. Invita a quienes tengan la posibilidad, de ir a recorrer los diversos caminos del lugar, sus maravillosos rincones, hablar con los lugareños y conocer un poco más sobre su historia y los trabajos que realizan, además de cómo es la vida en ese encantador paraje perteneciente al ejido de Esquel, muchas veces lejano o desconocido para muchos vecinos de la ciudad.

 

Para conocer más sobre las creaciones de Los Crovas, pueden contactar a Javier a través de su celular (02945)15555812 o visitar su página en Facebook e Instagram "Los.crovas". Las puertas de su taller siempre están abiertas para quienes deseen sumergirse en el fascinante mundo de las pipas artesanales y las historias que las rodean.

 

“Las tranqueras siempre están abiertas, soy docente de profesión, así lo de hablar y explicar a mí me gusta mucho”.

 

RECORDÁ QUE EL FUMAR ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD, LEY N° 23.344.

 

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